problemas de pareja vacaciones

Discusiones de pareja y verano: ¿Por qué discutimos más?

Una de las consultas mas habituales que se producen cuando pasa el verano hace referencia a los problemas de la pareja. Es decir, algún miembro o incluso los dos, toman conciencia con respecto a su situación de pareja y se plantean qué hacer con ella.

Discusiones de pareja en vacaciones

Es muy común que las parejas experimenten un aumento en las discusiones durante épocas vacacionales debido a varios factores psicológicos y sociales.

Veamos algunas circunstancias por las que muchas parejas pasan.

Expectativas no cumplidas

Una premisa básica hace mención a las expectativas con respecto al otro. Pudiera parecer que todo será perfecto entre los dos en esos momentos de salida de la rutina. Muchas parejas anticipan momentos perfectos y libres de estrés, pero olvidan que el estrés es algo intrínseco al ser humano y que su pareja, aun cambiando de contexto, sigue siendo la misma.

Por tanto, expectativas poco realistas pueden generar frustración y discusiones cuando se encuentran con la realidad: somos quienes somos, independientemente de donde estemos.

Mayor cantidad de tiempo juntos

Otra realidad inherente al mundo de la pareja, en el hecho de pasar mayor cantidad de tiempo, juntos. Y esto no significa necesariamente calidad.

Durante las vacaciones, las parejas pasan mucho más tiempo juntas del habitual, lo que puede intensificar cualquier problema subyacente en la relación. Las pequeñas diferencias que antes podían pasarse por alto porque la mente seguía en la rutina del día, ahora tienen más tiempo para emerger y centrar la atención. Siempre han estado ahí, solo que ahora se hacen más presentes.

Por ejemplo, no saber planificarse juntos en el día a día se hace más patente cuando llega un momento concreto que necesita estar planificado: el viaje, el hotel, el restaurante, los gastos… En este sentido, es probable que haya mayor irritabilidad y por tanto, más conflictos.

Cambio en los hábitos. Fatiga mental y física

Esto de estar enfadado o irritable de forma permanente cansa. Las vacaciones pueden ser físicamente agotadoras debido a los cambios de horario, los desplazamientos o actividades fuera de lo común. La fatiga o el cambio en los hábitos regulares, como dormir o comer pueden disminuir la paciencia y la tolerancia, facilitando las discusiones. Esto agota la mente y hace que no recuerdes qué te gustaba de la persona que tienes al lado que sin querer se ha convertido en un adversario a batir.

Reencuentro con temas sin resolver

Pero, ¿cuál es realmente la lucha? No lo sabes, solo actúas por inercia.

He aquí un problema, la inercia hace que aparezcan viejos fantasmas sin resolver. En el día a día, las parejas a menudo están ocupadas con el trabajo y otras obligaciones, lo que puede relegar ciertos temas problemáticos a un segundo plano. Durante las vacaciones, cuando hay menos distracciones, estos temas no resueltos pueden aflorar y generar conflictos.

Por ejemplo, el  ajuste de expectativas en la convivencia, en este momento se acentúa. Las vacaciones pueden revelar diferencias en el estilo de convivencia. Por ejemplo, una pareja puede preferir actividades relajantes mientras que la otra busca aventuras. Estas discrepancias sobre cómo pasar el tiempo pueden llevar a malentendidos y desacuerdos.

La familia en vacaciones

¿Cuál es un desacuerdo habitual que genera discrepancias? La familia.

En ocasiones, las vacaciones implican reuniones familiares o compromisos sociales que pueden generar tensiones adicionales. Las dinámicas familiares complejas, o la sensación de “tener que agradar” a otras personas, pueden aumentar la presión y el estrés en la pareja.

Cuando las deudas entran por la puerta, el amor sale por la ventana

Y si encima incrementa los gastos, tenemos un añadido nada baladí y que puede agudizar los problemas.

El dinero puede ser una fuente de tensión en las parejas, y las vacaciones, que a menudo implican gastos significativos, pueden aumentar esta presión. Si existen diferencias en la manera en que se gestiona el dinero, esto puede dar lugar a discusiones que terminen en separaciones. ¿Conoces el dicho? Cuando las deudas entran por la puerta, el amor sale por la ventana.

En este video (que aunque tiene algunos años) te lo explico también:

En resumen, aunque las vacaciones están pensadas para ser momentos de relajación y disfrute, pueden también ser un catalizador para tensiones preexistentes o generadas por las circunstancias. La clave para minimizar estos conflictos está en la comunicación abierta, la flexibilidad y la gestión de las expectativas.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *