Cuánto te quieres. Cómo mejorar tu autoestima.
Hablar de autoestima ha sido durante mucho tiempo un punto de encuentro para tod@s los que han necesitado contrastar opiniones o conocer más sobre qué es la autoestima.
Y es que mejorar la autoestima y seguridad en uno mismo es una preocupación que incluso se puede convertir en obsesión.
Ante la pregunta: cuánto me quiero, cabe responder que lo haces en función de lo próximo que sea el ideal de vida que te has imaginado con respecto a ti, y la realidad que te ocupa. O dicho de otra manera, el concepto que tienes sobre ti se corresponde con tu realidad o por el contrario necesita algunas mejoras, influye en cuánto te quieres; el estado de tu autoestima.
Si esa distancia en asumible, podrás gestionar el ruido mental que se genera en torno a las exigencias no resueltas. Esto lo consigue con las herramientas aprendidas en tu terapia. Si esa distancia es amplia, el ruido en tu mente te mantiene alerta, “te pone de los nervios”, te crítica y te hace vivir en una constante lucha por alcanzar un ideal que, o no se corresponda con la realidad objetiva o tú propia rumiación te impida alcanzar.
Cómo, ¿yo me impido alcanzar mi propio deseo? Correcto. Tus objetivos se difuminan perdidos entre un mar de dudas en el que has convertido tu análisis de tu autenticidad, y la propia realidad. Además, probablemente sin querer, has convertido en una necesidad lo que en principio fueron preferencias (deseos).
El amor propio como valor
Vamos a hacer un giro de guión para hablar de autoestima. No vamos a hacer una explicación tradicional del concepto y sus cuestiones relacionadas (pero escríbeme si quieres saber más), sino que vamos a profundizar un poquito más allá.
Si te paras a reflexionar unos minutos sobre tu evolución vital verás que son distintas las categorías a las que le has dado valor en función de tú edad y del contexto en el que te encontrabas.
Por ejemplo, en la infancia y en la adolescencia el eje varía notablemente. Pasas de relaciones sociales basadas en los juegos, en el aprendizaje mutuo, en la recreación como tema central, en definitiva en la conformación del YO (o sea en crear tu figura) a las relaciones sociales basadas en las comparaciones y en el feedback permanente para conformar tu identidad. Ahora no es un mero entretenimiento sino que es un mecanismo para autenticar quién eres.
Si nos centramos en este segundo caso, podemos hablar de los elementos clave que han tomado protagonismo en la conformación del Autoconcepto y por tanto, finalmente su influencia en la Autoestima. Y no solo esto, sino en su influencia en tú desarrollo a lo largo de tu vida. Ciertamente la infancia en un motor de arranque, pero escogemos la idea de refrendarlo que tiene su apogeo en la adolescencia.
Retomemos la idea inicial: el concepto que tienes sobre ti se corresponde con tu realidad o por el contrario necesita algunas mejoras; esto influye en cuánto te quieres.
Lo importante de este artículo es que veas cómo influye la relación con tu entorno. Y como el entorno influye en tú relación contigo. Fíjate, categorías como la belleza, el lujo, las posesiones, los viajes, los restaurante…, básicamente el río del mercado con todos sus afluentes, son elementos centrales de tu discurso en relación al valor que te concedes.
Ejemplos: este año mi amigo Antonio irá de vacaciones a las Islas, yo otro año que me quedo en casa; no es justo. Otro ejemplo: mis amigas van a un restaurante muy chic de la ciudad que yo no me puedo permitir, me volveré a quedar en casa este viernes; no es justo.
En ambos ejemplos el juicio de valor está en las actividades de ocio (bienes de consumo), no en la persona en sí misma.
Cómo puedo mejorar mi autoestima
Puedes plantearte qué es para ti una relación de amistad y con qué finalidad la tienes:
- ¿Es una relación instrumental con la que ir a tener ocio?
Y mejor aún, plantéate la relación qué tienes contigo:
- ¿Yo valgo lo que vale mi tarjeta de crédito?
- ¿Se ha convertido mi autoestima en un termómetro de cuánto contento a los demás?
Por otra parte, tus relaciones sociales y lo idóneo de tu comportamiento con respecto a las normas sociales establecidas también son de calado en la concepción que tienes sobre ti.
Fíjate, los discursos están repletos de deberías de…, y tendrías que… Es decir, de obligaciones sobre cómo tienes o debes de hacer las cosas.
Por cierto, no confundamos esta idea que te planteo con las bases de la educación social o con las habilidades de relación social aprendidas porque nada tiene que ver con la idea central de la que estamos hablando.
Las exigencias con las que hemos crecido marcan la distancia con quiénes realmente somos o queremos ser.
Por ejemplo: si no me ayudas (cuanto quiero) eres un mal amigo, los amigos tienen que ayudarse. Si no terminas el informe que te he pedido (a la hora de cerrar) a tiempo eres una mala trabajadora, la gente comprometida debe saber dónde estar.
Fíjate que dos ideas clave: el trabajo lo primero y la amistad por encima de todo.
Creces con una idea implícita de renuncia de tus intereses e incluso valores, que te hacen cuestionarte si realmente eres alguien digno o digna de afecto. Incluso del tuyo contigo.
Cómo trabajar la autoestima
Anímate a organizar tu pensamiento. Te propongo dos categorías de análisis de tu autoestima, pero hay otras muchas. Si te dedicas unos segundos saldrán en seguidas tus pensamientos. Trata de organizarlos por categorías, ya verás que no son tantos sino que son los mismos repetidos muchas veces y en distintos escenarios.
Esto te ayudará a tomar cierto control de tus ideas. Valora cómo de reales son en cuanto a ti y quién realmente eres tú y entre2mentes los trabajamos.
Adelante. Ahora ya sabes cómo mejorar tu autoestima. Tu cuerpo y mente lo agradecerá.
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